jueves, 25 de noviembre de 2010

Moviendo Montañas

Había dos tribus guerreras en los Andes, una que vivía en el valle y otra en lo mas alto de las montañas. Un día los habitantes de las montañas invadieron las tierras del valle y, como parte del saqueo, raptaron a un bebe de una de las familias del valle.

Los habitantes del valle no sabían como subir a la cima de la montaña. No conocían loa senderos que utilizan los habitantes de ese lugar, ni sabían donde encontrarlos o como perseguirlos en el escarpado terreno.

Aun así enviaron a sus mejores guerreros a escalar la montaña y traer al bebe de regreso.

Los hombres ensayaron un método de escalar y luego otro. Probaron una trocha y luego otra. Sin embargo, después de varios días de e esfuerzos solo habían conseguido avanzar unos pocos metros.

Desesperanzados e impotentes, los hombres del valle decidieron que su causa estaba perdida y se prepararon para regresar a su aldea.

Mientras empacaban su equipos para descender, vieron a la madre del bebe que bajaba de la montaña y llevaba a su bebe a la espalda. ¿Como era posible?.

Uno de los hombres saludo y le dijo: “Como pudiste escalar esta montaña si nosotros, los hombres mas fuertes y capaces de la aldea no lo conseguimos?”

Se encogió de hombros y respondió: “Es que el bebe no era tuyo”

Esta lectura nos invita a reflexionar acerca de lo que somos capaces de hacer por alguien a quien amamos profundamente.
Por eso, le pedimos que reflexionen junto con nosotras acerca de este tema, ¿Que son capaces de hacer por la persona que aman?

Oracion del maestro

PERMÍTEME SEÑOR

Conocer, comprender y educar a todos mis alumnos; tratarlos con
autoridad y firmeza sin maltratarlos; respetar su individualidad,
independencia y libertad; haciéndoles entender que tienen deberes y
colaboración con los demás.


Recordar siempre que la misión que me has encomendado, aunque difícil es muy bella;
"Formar el mundo del mañana".

Oírlos en sus dudas y reclamos, aceptando que como humano no soy dueño de la verdad y por lo tanto he fallado y puedo equivocarme.

Señor, que todo sea por el bien de mis alumnos que son mi mayor compromiso.